jueves, 31 de julio de 2008

Lo cotidiano


La gente se despierta, se despereza, camina. La gente no entiende el clima, se enoja, se desabriga. La gente se pelea por teléfono, a la gente le duele la panza de tanto pelear. La gente camina mirando la nada. La gente putea en sus autos. La gente se enoja con los baches, con las calles rotas y los obreros agrandado las veredas. La gente trabaja hasta tarde y no se queja. La gente va a un happy hour apurado. La gente se enamora en el colectivo. La gente se desenamora en la cama. La gente escucha música. La gente no escucha a la otra gente. La gente toma vino en una cena. La gente bosteza. La gente se aburre, mira televisión. La gente pone el sleep de la tele y finalmente se duerme.  

martes, 29 de julio de 2008

Algun antiguo día...


No se hace cuanto pasó. Quizás mucho. Yo era tímida, introvertida, casi no hablaba y empecé a escribir. Era lo único que hacía para descargarme, para expresarme y para sentirme. Algún otro antiguo día me di cuenta que le vida no era aquello que se ve en las películas, o que se lee en los libros, o que nos cuentan las abuelas. Me di cuenta que la vida era otra cosa y que había que estar despierto, muy despierto para que todo fuese real. Comprendí que tenemos miles de ficciones en la cabeza que nos dañan, que nos adormecen, que nos vuelven perezosos y sobre todo que no nos ayudan a acercarnos a lo que verdaderamente somos y sobre todo a lo que queremos ser. Algún tiempo después, mientras lloraba me arrepentí de haberme despertado. Me di cuenta que hay mucha gente que sufre menos que yo, que se divierte más fácil, que se conforma tanto más rápido y que no sueña tanto y quiere lo que tiene (sea lo que sea que tenga). Lloré, grite, pedí respuestas a aquellos que m habían dado un sacudón en esta vida. Me di cuenta de algo. Ese algo no me iba a hacer sufrir menos, pero si me concientice de que estado despierta también puedo elegir un camino y que las felicidades son tan extremas como los dolores. Aprendí a que puedo ser feliz en un instante. Aprendí que no conformarse no es tan malo y que vivir despierta también tiene lo suyo. Así que, aquel día acepté en quien me había convertido y sonreí.

La bienvenida


A modo de introducción a esta casa virtual que albergará mis palabras sueltas me presento. Soy yo. Soy Puck para algunos pocos. Soy otra para tantos otros. En este blog depositará mis palabras, mis sentires, mis criticas (constructivas y de las otras). Lo más importante es mostrar lo que hago con más ganas, que es escribir. Escribir me desahoga muchas veces, me hago entender más con las palabras escritas que con las habladas. Encontrarán aquí cosas que den gusto leer, y otras que preferirían no haber encontrado jamás. Encontrarán cursilerías, búsquedas, encuentros, desencuentros, amores, desamores, películas, obras de teatro, fotos callejeras, teorías infundadas, ensayos sin final, o al menos sin uno feliz. Ojala a alguien le sirva de algo. Ojala a mi me sirva de algo. Sin más me despido por un rato, al menos.
Sean ustedes bienvenidos a :: Maldita pastilla Roja ::