Contrariamente a lo que dicen algunas teorías psicoanalíticas.
Contrariamente a lo que sienten algunos seres miedosos. Contrariamente a lo que
muestran las películas. Contrariamente a lo que me hizo sentir aquel vecino a
los 8 años cuando me contó que ella existía. Yo, tengo una relación positiva
con la muerte. Si hay algo que siento cada vez que tengo cerca a
la muerte, la pienso, la hablo es ganas de vivir esta vida mía.
Ya venía con una tendencia hacia esta relación amistosa con Ella desde chica. Se intensificó cuando fui a México. El día de los muertos y sus colores.
Las calaveras alegres, floreadas, llenas de adjetivos vivos, intensificaron
está manera de sentirla. Mi tendencia suicida es nula, con lo cual no es una
relación de amistad forjada por mi cercanía enferma hacia ella. Es que a mi ese agujero negó, esa nada inmensa
y eterna me aburre. ¿Miedo? No le tengo miedo a la muerte. Quizás en el futuro
las cosas cambien. Tengo muy en claro que soy finita, como todos los que me
rodean: todos. Miedo le tengo a la muerte en vida. Miedo le tengo a que se mueran los
que amo. Miedo le tengo a vivir sin amor. Miedo le tengo a perderme en mi
cabeza y no poder volver. Miedo le tengo a la ansiedad. Miedo le tengo al
aburrimiento. Miedo le tengo vivir dormida. Pero, ¿miedo a la muerte? No. Claro
que quisiera que mi encuentro con ella sea lo más lejos posible de estos días.
Pero cuando llegue, llegará y no puedo hacer mucho en contra de eso.
¿Estaré enferma? Eso me hacen creer algunas personas. Quienes
dicen que es imposible vivir sin tenerle miedo a la muerte. ¿Estaré negando algo?
Puede ser, pero no creo que esto, justamente. Tener mi casa decorada con
calaveras alegres, floridas, y rodeadas de vida significa mucho para mi.
Significa que cada vez que las veo hago consciente que me voy a convertir en polvo, en
nada, en algo indefinible algún día. Pero mientras tanto vivo, vivo y vivo. Y ese momento que separa este momento de ahora con el que finalmente caiga rendida a sus pies lo voy a aprovechar. Voy a inventar una y mil maneras de vivir. Voy a auto-criticarme mil veces. Voy a perdonarme. Voy a empezar de nuevo. Voy a seguir buscando. Voy a encontrar, a veces. Voy a reirme a carcajadas y llorar de la misma manera. Voy a aceptarme como soy. Voy a querer tanto a los que quiero. Voy a tratar de evolucionar. Voy a negar mandatos ajenos. Voy a escribir mal y bien. Voy a entregarme. Voy a saltar. Voy a confiar. Voy a sufrir mucho. Voy a abrir los ojos hasta que no pueda abrirlos más.