sábado, 31 de octubre de 2009

Preludios


¿Y si me muero mañana? De golpe se me vino esa pregunta a la mente. Supongo que más para intentar contestar porque no debería morirme que por contestar la pregunta en si. Si me muero mañana sería un gran problema. Porque estoy justo en el medio de algo, en el medio de un proceso, en el medio de un sueño, en el medio entre la felicidad y la tristeza. No quiero morirme mañana. Definitivamente me quedan muchas (infinidad) de cosas por hacer, por sentir por probar. Ultimamente estoy como este escrito, desordenada y trabada. Me cuesta escribir, me cuesta levantarme por las mañanas, me cuesta conectarme con la gente, me cuesta encontrarme con la gente. Mi vida dio un vuelco que no esperaba. Yo lo generé, sin dudas, pero las dudas vinieron después. Supongo que es el preludio de algo bueno, y como todos los preludios son confusos, no te dicen como termina algo, solo te dan herramientas para entender como comenzará. Y ahí estoy en medio de este preludio, intentando no morirme en el medio ya que quiero llevar a fondo este sentimiento que tengo adentro. Intentando disfrutar el ahora para poder ser feliz en el después que se viene.

sábado, 24 de octubre de 2009

Abrigo de alma



Ella lleva una cartera floreada. En su interior hay un poco de todo. Lleva poca plata, un par de objetos que siempre acarrea y nunca usa, una guía, una crema para los labios, un paquete de cigarrillos, y un anotador por si se le viene a la cabeza una idea maravillosa. Es muy precavida. Siempre sale con un abrigo, más allá de que sea verano. "Mejor prevenir que sufrir el frio" piensa ella en su interior cada vez que carga el saquito. Ese día está de buen humor, luego de largos días de letargo y encierro. El día no está soleado, pero ella camina por las calles donde el incipiente sol se hace sentir. Sabe que alguien la espera, pero no quiere volver a su casa. Camina, casi sin rumbo. Se deja llevar por los pasos. Va mirando para arriba, como siempre. Mira las ventanas de los edificios, intentando descubrir algo nuevo, intentando ser un poco voyeur de la vida de los otros. Ella piensa que la suya es un poco aburrida últimamente. Empieza a sentir una presencia cerca, pero sigue distraída y distrayéndose con las ventanas ajenas. Un hombre camina a su lado. Ella lo mira con su vista panorámica, que no es como la del lince, pero de algo le sirve. El hombre camina, e intenta descubrir que es lo que esa mujer mira. El hombre comienza a meterse, como ella, en las ventanas ajenas. Sonríen, pero no se miran. Los dos se sienten, se perciben. Empieza a anochecer y los dos siguen dejando recorrerese por la ciudad. Pasaron minutos, horas, ninguno de los dos sabe y no les importa. Empieza a refrescar. Sin que medie ninguna palabra el hombre le pone un saco sobre los hombros. Ella lo mira, y agradece con una sonrisa. El la toma de la mano y siguen caminando. Se aprietan fuerte las manos, como saludádandose, como reconociéndose, como abrazándose con esa parte del cuerpo. Sus manos dicen todo. No hay más que decir con palabras. Ella sabe que alguien la espera, pero hoy no quiere volver. Hoy no va a volver.

lunes, 12 de octubre de 2009

¿Qué corno quiero?


Viajar. Probar. Amar. Apostar. Reír. Llorar. Dejar mi vida. Empezar otra pero siendo la que soy. Dejar mi casa. Empezar en una nueva casa. Quedarme. Tirar un sueño por la borda. Estabilizarme. Aburguesarme. Buscar. Dejar de buscar. Aceptar. Permitir enamorarme. Conocer gente. Conocer una cultura. Inmiscuirme en esa cultura. Volverme machista. Defender mi feminismo. Volverme neutra. Amar al otro por sobre todas las cosas. Amarme a mi por sobre todos los amores. Dejar. perder. Ganar.

lunes, 5 de octubre de 2009

Dejar el alma en cada viaje


Viajar sin duda es uno de mis mayores placeres. Estar en lugares extraños, mirando culturas distintas, comiendo todo los que los otros comen, tomando lo que toman, aprendiendo palabras, formas de moverse y de ser. Viajar me agranda, me infla, me llena en todos los sentidos posibles. Viajando uno encuentra y percibe aquellos detalles que uno se pierde de vista cuando vive mucho tiempo en el mismo lugar. Oler, tocar, sentir, recorrer, probar, disfrutar, escuchar son algunos de las acciones que estuve realizando estos últimos días. Claro que cada vez que regreso, como hoy, dejo parte de mi alma por aquellos lugares. Dejo una parte de mi que solo puede ser allá, cerca de mi amor. Y así regreso a mi hogar, media feliz, media llena y vacía al mismo tiempo.