Hay días en que no pasa nada. Uno se despierta y se va a dormir sin que haya pasado absolutamente nada trascendente. Quizás sean la mayoría de los días de nuestras vidas así, pero uno no se resigna a ante el aburrimiento. Tratamos de generar algún cambio, algo nuevo, algún cambio de rutina para intentar que ese día no pase desapercibido. Pero llega la noche, y sentimos que nada ha pasado hoy, que el mundo siguió girando y acá nosotros no giramos ni un centímetro sobre nuestro eje. El día de hoy podría ser omitido de nuestra biografía y nadie se daría cuenta.
1 comentario:
en el siglo XIX los poetas le llamaban spleen
saludos
sombra de sombra
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