sábado, 14 de febrero de 2009

Llanto tántrico


Miro por la ventana. El afuera está inmóvil, pero yo me muevo junto con los demás pasajeros. Intento leer y no puedo concentrarme. Cierro mi libro mientras veo como mi bicicleta se hamaca colgada en el furgón. Siento que algo no anda bien, pero no se que es.  Miro a cada uno de los pasajeros y una vez más les invento o les imagino sus vidas, sus secretos y sus tristezas. Me dispongo a escuchar música. Intento descubrir cual es la banda de sonido de este momento. La elijo y la pongo tan fuerte, para que me invada toda. De golpe, sin casi verlo venir me agarran unas inmensas ganas de llorar. No lo hago. No quiero esconderme, no quiero dar pena adelante de desconocidos que a duras penas me perciben. Sigo viaje y al rato una mirada me retrotrae al pasado y nuevamente se me estremece la garganta y los ojos se me llenan de lagrimas. Controlo el llanto una vez más y pestañeo rápido para que mis ojos vuelvan a la normalidad. Y así voy durante largos minutos conteniendome cuando un acorde, una frase, un pareja, una señora cargada, lo que sea me dan ganas de llorar. Sigo aguantándome las ganas de hacer que mi llanto explote. Llego a la última estación, saco a mi bicicleta de su plácido lugar y recorro las calles. Ahora ya con la música de los barrios. Sigo con estas inmensas ganas de descargarme. Llego a mi casa, cansada del largo día y de aguantarme todo este tiempo estas lágrimas que solo quieren salirse de mi cuerpo. Cierro la puerta y me detengo. Exploto en un llanto inentendible pero increíblemente sincero. Por unos minutos permanezco ahí parada, sin dejar ni siquiera mi bolso ni la bicicleta, llorando sin poder parar. Es una pequeña muerte la que me toca vivir hoy y la vivo dignamente. 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

hace años que te leo.

esta entra en el top3

El Cochinillo exquisito. dijo...

ay ! esas muertes que nos nacen...

EXQUISITOS SALUDOS, hoy, sin lagrima alguna.
Hoy tengo uno de esos en que no te queda otra que sonreir, tambien, lo mas dignamemente posible.

Juan Pablo dijo...

¿Qué es eso que hizo (¿te hizo?) a esa persona tan desdichada?
Y la muerte estuvo en esos momentos de resistencia. El llanto sin embargo, no alivió la tristeza, sólo reconoció el dolor. Se siente en el pecho. Los brazos. La debilidad. Al mismo tiempo, por lo que describes, parece ser hasta inspirador. Qué difícil de aprovechar. Tristeza y el tren, el camino, la bicicleta, las calles, la música, los pensamientos, la gente. Las cosas hermosas, con la basura de la vida. Qué se hace en esos casos.

Chara dijo...

como el rocío en la mañana,
bello

Ale dijo...

Me dio una curiosidad... ¿Cuáles son las otras publicaciones que entran en el Top 3?

Anónimo dijo...

El top3

1. Uno que no vio la luz del blog (por suerte) dedicado/causado a/por mi
2. Soy Juliana 1.0 en el viejo fotolog
3. Este