martes, 17 de noviembre de 2009

El punto de no retorno


Empieza a llover sobre el calor. El cemento empieza a evaporar sus calores acumulados. Yo necesito de la lluvia y salgo. Camino buscando limpiarme de algo que no se bien que es. Inclino mi cara hacia el cielo para que las gotas me golpeen de frente y terminen de despertarme. No se bien porque, pero empiezo a llorar. Nadie se da cuenta, las lagrimas se disimulan. ¿Es hora de cambiar algo o es hora de seguir yendo por este camino lleno de incertidumbres? Quizás sea hora de empezar a encontrar algunas de las respuestas, o capaz sea el momento de hacerme cargo que las cosas son simple y complejamente de esta manera incomprensible. El tiempo a veces no nos dice nada. No espero que el tiempo me diga algo, solo espero aquí y ahora, respirar, respirar, y respirar bajo la lluvia.

2 comentarios:

El Cochinillo exquisito. dijo...

Cuando un guitarrazo y una desorientación juntos? Creo que nos la merecemos...

El perrito que reía dijo...

Bastante hay con respirar bajo la lluvia con los tiempos que corren