sábado, 22 de octubre de 2011

Evolución

Entre lagrimas y dolores crezco. Un día más en donde alguien me frena, me pregunta y repregunta y me ayuda a crecer. Estoy más calmada. Vengo de un torbellino un tanto dañino y falso. Ahora respiro con más tranquilidad. Floto. Duermo. Me despierto feliz. Estoy atenta, calma, expectante. Estoy un poco sensible también. Las frustraciones me pasan factura algunos de estos dias. Los deseos, los sueños del pasado no cumplidos. El volver a empezar me entristece, me hace dudar, me da miedo. Pero sin embargo no me freno, sigo, pienso, crezco. De a poquito, con ayuda doy un pasito más. Me gusta mucho cuando siento eso. Me tranquiliza saber que alguien me puede ayudar a crecer. Me siento acompañada. Me siento más fuerte. Me siento menos sola en el mundo este lleno de todo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay ciertas cosas que uno no debe olvidarse nunca en la vida como el “RESPETO”, debe haber algo en la mente que no lo registra.. Será que uno espera demasiado..

Rycardo dijo...

Hola!

Me gustó el contenido de tu blog, me parece muy interesante. Quería invitarte a que pasaras por el mío si tienes un minuto.

http://malditadimension.blogspot.com/

:)

Unknown dijo...

Aprender a creer... Aprender a crecer... lo más lindo del verbo aprender es que puede conjugarse casi con cualquier acción.

Muchas veces nos ganan el enojo, la ira o la indignación. No es de extrañarse, el sentimiento que proviene de las injusticias no puede jamás ser otro.

Hay otros verbos también, pero a mi me gusta elegir este.

De las cosas más espantosas, de las más crueles, de los discursos espontáneos de casi cualquier ser, se puede aprender también.

La diferencia la hace el grado de disponibilidad del aprendiz. Y el hecho de tener, o no, un buen corazón.

Muchas veces nos ganan el enojo, la ira o la indignación. No es de extrañarse, el sentimiento que proviene de las injusticias no puede jamás ser otro.

Pero como bien decís en tu escrito, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte a crecer.

Son esas personas, y no otras, las que nos dan fuerza para aprender todo lo que los malos de espíritu nos enseñan sin querer.

¿Por qué? Porque la materia prima de sus corazones está hecha de amor.

Te comparto mi blog. Está desactualizado, pero en un tiempo se vendrá una novela de ahí.

http://bellevillerevisited.blogspot.com.ar/

Saludos