jueves, 28 de junio de 2012

Compasión



¿Cómo empezar todo esto que tengo para decir? ¿Cómo empezar? ¿Cómo se cuenta el dolor? ¿Cómo se cuenta lo irreversible? ¿Cómo se cuenta una enfermedad? Todo tiene palabras hasta un momento de tu vida, donde todo se frena y ya no hay más palabras para describir aquello que estas sintiendo, viviendo y sufriendo. Al principio, sólo salen puteadas: mierda, puta, carajo, conchudo, la re puta madre que lo parió, la re concha de la lora, hijos de re mil puta, mierda malparida. Pero después las cosas empiezan a calmarse. Ahí entra a jugar el dolor. Por primera vez te das cuenta que esto es irreversible. Sin embargo, también sabes que tenes que seguir adelante. Adelante, pero con esa nueva realidad a cuestas. Por momentos, se hace insoportable cada paso con esa conciencia nueva. Ves la vida de una forma nueva. Las prioridades cambian. Crees que nada vale la pena. Crees que nunca vas a salir de ese pozo oscuro. Sin embargo, el ser humano tiene la puta habilidad de acostumbrarse a cualquier cosa. Tiene la habilidad de acostumbrarse a las cosas más horribles. Es entonces cuando te das cuenta que vas a tener que aprender a vivir con ese dolor. Te das cuenta que ese estado se convierte en algo cotidiano con lo cual tenés que convivir día a día. Hablás, te psicoanalizas, te enfermas, vomitas, te entregas, lo volvés a hablar, lloras, fumas, tomás, te enojas y seguís adelante. De golpe te das cuenta que empezás a vivir de nuevo. Pero de una manera distinta. Aprendes a vivir de los que más sufren. Aprendes a vivir de los que ponen el cuerpo en esta situación. Aprendes a vivir de tus seres queridos. Aprendes a conocerlos en serio. Todos están desnudos en estos momentos. Nadie maneja nada. Todos somos los que somos, sin máscaras que nos puedan proteger. Desaparece todo lo superficial. Aparecen las personalidades con sus vísceras expuestas. Con sus sentimientos a flor de piel. Con sus mierdas y sus bondades mezcladas, mareadas. Los amas. Los odias. Y los volves a abrazar. Ya los habías abrazado antes, pero esta vez es distinta. La compasión por el otro se come todo. La compasión dignifica todo ahora. Y es entonces cuando descubrís por primera vez en la vida que existe la compasión por uno mismo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

... podemos abandonar la crítica, la desilusión, el desanimo, el culto a nuestro propio ego, para saludar la forma más alta del amor: la compasión.
La compasión tiene que ver con experimentar un afecto sincero por nosotros mismos, por el otro y por las relaciones que hemos establecido en un proyecto compartido. Implica tener la determinación de hacer todo lo posible para conservar la propia integridad emocional y la del otro también. Implica comprometerse profundamente con hacer de cada uno de nosotros una persona, que distinta de un bárbaro que arrasa con la cosecha, mas bien se retira del campo cuidando bien que lo sembrado pueda dar fruto.
gracias Juliana...

Anónimo dijo...

... podemos abandonar la crítica, la desilusión, el desanimo, el culto a nuestro propio ego, para saludar la forma más alta del amor: la compasión.
La compasión tiene que ver con experimentar un afecto sincero por nosotros mismos, por el otro y por las relaciones que hemos establecido en un proyecto compartido. Implica tener la determinación de hacer todo lo posible para conservar la propia integridad emocional y la del otro también. Implica comprometerse profundamente con hacer de cada uno de nosotros una persona, que distinta de un bárbaro que arrasa con la cosecha, mas bien se retira del campo cuidando bien que lo sembrado pueda dar fruto.
gracias Juliana

Anónimo dijo...

Cita textual de un sitio web:

"El sentir compasión tanto para la filosofía oriental, judeo-cristiana, como para la filosofía budista está ligado a “sentir pena” por alguien que sufre, lo cual presupone una reprocidad y el expresar algo al otro y casi conlleva un intercambio equitativo. Yo te doy y espero algo a cambio, un reconocimiento de lo que te entrego, de lo que te aporto.

Para la Inteligencia Emocional por “compasión” nos aproximamos más a la definición que hace de ella Confucio: “la preocupación respecto a alguien sintiéndose solidario” y en este caso sentir compasión no requiere sentir pena o que el otro esté sufriendo y no presupone o espera algo a cambio.

Por lo tanto entendemos por compasión la “empatía en acción” y se basa en un pleno deseo de conectar con otros y responder a sus necesidades.

De esta forma un educador o educadora puede sentir compasión por sus alumnos y alumnas no por pena sino por el pleno deseo de conectar con ellos y de responder a sus necesidades. Lo mismo podríamos decir del empresario hacia sus trabajadores y trabajadoras entre otras.

A mí me ha ayudado mucho utilizar la palabra “compasión” como palabra compuesta; “com-pasión”. “Com” de comunicación y “pasión” como expresión del afecto por alguien".

Es por ello por lo que entiendo por compasión a la emoción que nos permite comprender o ponerse en el lugar de los demás desde el afecto y con afecto. Y mantener con ellos una auténtica, sincera y desinteresada relación de ayuda.

¿Necesitamos para ello sentir pena o que el otro sufra?

Entendiendo de esta forma la emoción de la compasión, nos permite ponernos en el lugar de los demás, detectar sus necesidades y hacer todo lo posible por ayudarle a satisfacerlas o por lo menos no perjudicarle en el logro de las mismas.

Estoy convencido de que si el ser humano utiliza este principio de compasión las cosas cambiarían en nuestra forma y manera de relacionarnos.

La emoción de la compasión la podemos utilizar en todas nuestras relaciones con las personas cercanas, familiares, amigos y personas desconocidas con las que nos encontramos solo alguna que otra vez.

A mí me gustaría que por la mañana, aún medio dormido y al dirigirme a tomar un café a una cafetería me encontrase con un camarero que sienta “compasión” hacia mi, me comprenda y trate con afecto (empatía en acción).

Con pasión solo pueden hacerse las cosas en este mundo, agrego; lo demás serán momentos de tránsito, de vida inerte. momentos que, sin embargo, forman, también, parte de la vida.

Juliana Fortini dijo...

Me encantó lo de com (comunicación) pasion...
Gracias.