viernes, 1 de marzo de 2013

Maldito despertar


Ella se despierta como puede, con lo que le cuesta a las seis de la mañana. El despertador fue el culpable de aquella interrupción profunda y dañina. Está en una punta de la cama con lo cual no tiene que estirarse mucho para apagar ese ruido maldito que le informa que otro día empieza y hay que hacer muchas cosas para vivirlo. Se está preguntando que hace en la punta de la cama, si ella bien sabe lo mucho que disfruta de estar estirada en su cama o tirada arriba de otro ser. En el medio de la pregunta se acuerda de anoche y del ser humano que yace inmóvil a su lado. Es su amante. Pero no su amante porque ella o él tengan pareja,  sino porque eso es lo que son: Amantes de a ratos. Es una relación clandestina con ellos mismos. La mantienen oculta para el resto y también para ellos mismos, supongo. Tienen prohibido enamorarse. Prohibido decirse cosas amorosas. Prohibido sentir algo salvo cuando pasan esas pocas horas juntos de noche, enroscados por un rato, amándose como pueden. Mientras ella piensa todo esto que no quiere pensar, lo despierta. Despierta a la morsa durmiente que ronca, bruxea y respira al lado suyo. Él, frío como siempre por las mañanas. Es más amoroso despertarse con una amigo, con un sobrino, con un “sex toy” (como si supiera que se siente), que despertarse al lado de este hombre. Imagino despertándome con Rosario, la chica que limpia mi casa de vez en cuando y supongo que se debe sentir lo mismo. “Rosario, despertate”. Hasta quizás Rosario me pueda llegar  a decir un “Buen día” de compromiso más amable que este hombre. ¿Cómo se empieza un día así? Cuesta un huevo, un ovario y todos los órganos juntos, pero ella lo intenta esas mañanas.
A pesar de todos estos pesares y frialdades ella reincide. ¿Porqué? Porque juega a estar sola, quizás. Porque juega a estar con alguien de a ratos. Porque sabe que este hombre es solo un “mientras tanto”.
Pero es todo “bullshit” lo que escribo. Ella sabe bien porque reincide. Porque como toda mujer o todo hombre que quiere a otro ser de esta manera, espera aquel momento en que algo cambie y ese hombre al lado suyo se despierte, la mire con una sonrisa y le diga “Hola, hola y hola”. Pero por suerte quizás, por desgracia para los soñadores, esos momentos nunca llegan cuando la relación ya ha tomado sus propios rumbos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta como escribis....cuando hay sentimientos es dificil no reincidir...

Esperanza Van Nooit dijo...

“No es posible vivir sin ideal,
ni religión, ni sensación de porvenir.
Los hospitales estarían llenos de locos.”
Arthur Miller

Esperanza Van Nooit dijo...

“No es posible vivir sin ideal,
ni religión, ni sensación de porvenir.
Los hospitales estarían llenos de locos.”
Arthur Miller

Esperanza Van Nooit dijo...

“No es posible vivir sin ideal,
ni religión, ni sensación de porvenir.
Los hospitales estarían llenos de locos.”
Arthur Miller