Ella se despierta como puede, con lo que le cuesta a las
seis de la mañana. El despertador fue el culpable de aquella interrupción
profunda y dañina. Está en una punta de la cama con lo cual no tiene que
estirarse mucho para apagar ese ruido maldito que le informa que otro día
empieza y hay que hacer muchas cosas para vivirlo. Se está preguntando que hace
en la punta de la cama, si ella bien sabe lo mucho que disfruta de estar
estirada en su cama o tirada arriba de otro ser. En el medio de la pregunta se
acuerda de anoche y del ser humano que yace inmóvil a su lado. Es su amante.
Pero no su amante porque ella o él tengan pareja, sino porque eso es lo que son: Amantes de a
ratos. Es una relación clandestina con ellos mismos. La mantienen oculta para
el resto y también para ellos mismos, supongo. Tienen prohibido enamorarse.
Prohibido decirse cosas amorosas. Prohibido sentir algo salvo cuando pasan esas
pocas horas juntos de noche, enroscados por un rato, amándose como pueden.
Mientras ella piensa todo esto que no quiere pensar, lo despierta. Despierta a
la morsa durmiente que ronca, bruxea y respira al lado suyo. Él, frío como
siempre por las mañanas. Es más amoroso despertarse con una amigo, con un
sobrino, con un “sex toy” (como si supiera que se siente), que despertarse al
lado de este hombre. Imagino despertándome con Rosario, la chica que limpia mi
casa de vez en cuando y supongo que se debe sentir lo mismo. “Rosario,
despertate”. Hasta quizás Rosario me pueda llegar a decir un “Buen día” de compromiso más amable
que este hombre. ¿Cómo se empieza un día así? Cuesta un huevo, un ovario y
todos los órganos juntos, pero ella lo intenta esas mañanas.
A pesar de todos estos pesares y frialdades ella reincide.
¿Porqué? Porque juega a estar sola, quizás. Porque juega a estar con alguien de
a ratos. Porque sabe que este hombre es solo un “mientras tanto”.
Pero es todo “bullshit” lo que escribo. Ella sabe bien
porque reincide. Porque como toda mujer o todo hombre que quiere a otro
ser de esta manera, espera aquel momento en que algo cambie y ese hombre al lado suyo se
despierte, la mire con una sonrisa y le diga “Hola, hola y hola”. Pero por
suerte quizás, por desgracia para los soñadores, esos momentos nunca llegan
cuando la relación ya ha tomado sus propios rumbos.
4 comentarios:
Me encanta como escribis....cuando hay sentimientos es dificil no reincidir...
“No es posible vivir sin ideal,
ni religión, ni sensación de porvenir.
Los hospitales estarían llenos de locos.”
Arthur Miller
“No es posible vivir sin ideal,
ni religión, ni sensación de porvenir.
Los hospitales estarían llenos de locos.”
Arthur Miller
“No es posible vivir sin ideal,
ni religión, ni sensación de porvenir.
Los hospitales estarían llenos de locos.”
Arthur Miller
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