miércoles, 12 de noviembre de 2008

Final del dolor


Y un día me desperté y no sentía más dolor. No se bien como pasó aquello pero fue así de simple. Abrí los ojos, tome conciencia del nuevo día que comenzaba y busqué mi dolor. Dolor que me había acompañado largo rato en mi vida. Me di vuelta para un lado de la cama para ver si estaba ahí, luego para el otro, pero descubrí que se había marchado. en medio de la noche, sin prender la luz, sin despertarme para hacerlo, se había ido definitivamente de mi vida. Por un momento sentí melancolía. Luego me di cuenta que debería aprender a vivir sin el, ya que me había acostumbrado a su triste presencia. Me senté en la cama, me desperecé lo más ampliamente que pude y  me levanté a vivir.  

3 comentarios:

Chara dijo...

todos los finales tienen la irremediable música de la melancolía.

la saludo

Unknown dijo...

Hay que seguir caminando, compañera. Caminando y creciendo. Besos

Anónimo dijo...

q afortunada...

saludos,
Tom