jueves, 6 de noviembre de 2008

Lluvia de noviembre


No se cuando es el día en que uno empieza a sentirse local en un lugar extranjero. Supongo que es cuando uno mira el mapa y ya no ve solo letras, zonas coloridas, líneas de colores representando el subterráneo. Uno ve el mapa y sabe exactamente donde esta en él, y donde quiere ir, y el mapa ya empieza a tener imágenes mentales en nuestra cabeza, ya que hay muchos lugares que ya hemos visitado y caminado (hasta corrido, en este caso particular). Con el pasar de los días uno deja de sorprenderé tan extremadamente como al comienzo de un viaje. Las personas parecen ser mas cotidianas, viajar en subte de acá para allá ya no es una odisea, hablar otro idioma ya es cosa de todos los días. Sin embargo, uno sigue siendo otro durante el viaje. Esta alejado de su propia cotidianeidad y puede reinventar cada día como quiera. Me despierto a la mañana y me digo “¿A donde quiero ir hoy?” Y así comienza, miro el ajado pero ahora amigable mapa de la ciudad y veo como llegar. Voy a la estación de subte más cercana y  viajo hacía mi lugar diario. Durante el día camino y camino. Miro para todos lados, para arriba y para abajo. Eso es lo que tienen las grandes ciudades, tienen tanto para mirar para el cielo con sus enormes edificios como en el suelo que tienen inscripciones, placas, y hasta humo que sale de las alcantarillas. Hoy es un nuevo día acá en Nueva York. Hoy llueve, pero la temperatura es agradable. La lluvia me encanta y más cuando no es problema mojarse ya que no tengo ninguna obligación mas que conocer, descubrir y abrir mi mente. Entonces, con esta lluvia de noviembre hoy tengo antojo de cruzar el puente de Brooklyn a pie. Allá voy...

1 comentario:

Ale dijo...

Sabes cuando uno se convierte en local en un país extranjero? Cuando por ejemplo... entendes que es grasa según la cultura local.

Algo que en tu lugar de origen era copado y de repente en el extranjero aprendiste el porque es grosero, burdo, etc.

Hay millones de ejemplos, y como viví afuera solo puedo decir que al final... uno nunca deja de ser visitante. Nada mas lindo que hablar tu idioma en los momentos mas intensos de la vida.