miércoles, 11 de marzo de 2009

Corazón arribando


Tengo 500 pesos en mi bolsillo y no me emociono como cuando estoy en mi ciudad con esa cantidad de dinero ¿Porqué será? Porque empiezo a conocer lo que vale cada uno de los billetes. Voy paseando por las calles de esta ciudad y ya se para donde está el norte, donde está el bar ese lindo, donde está la plaza más famosa. Donde están los mariachis. Empiezo a ubicarme de a poco. Tomo el subte y ya no miro a cada una de las personas intentando que me digan algo de este lugar, sino que lo vivo por mi propia cuenta. Comienzo a llegar al DF, poco a poco. Todavía no he visto las ruinas de lo que fue este lugar, pero ya empieza a sentirlas. Todavía no vi la cama de Frida pero me la imagino en cada trolebús que pasa repleto de gente por el cemento. Los ojos se me acostumbran al smog, ya no lloro tanto, ya no me sangra la nariz, aunque los labios y la piel siguen secas como nunca antes en mi vida, la luna sigue viéndose roja y la nube sigue estando sobre la gran ciudad. Sin embargo yo estoy acá, un poco trabajando, otro poco disfrutando y mucho otro conociendo este país lleno de corazones de lata. 

3 comentarios:

Byron dijo...

Estuve en el D.F. cuando tenía... unos 6 o 7 años, y obviamente siendo tan pequeño casi ni la conocí, pero la imagen de una "ciudad-monstruo-enorme" si quedó en mi mente. Suerte y saludos.

El Cochinillo exquisito. dijo...

Que no es lo mismo que un corazón enlatado...

Cariños,gran estadia y exquisitos saludos.

Unknown dijo...

Mi plan veraniego es pasar por allá, así que me dejaré guiar por tus consejos... Qué bien que lo cuentas, compañera