viernes, 7 de noviembre de 2008

Enciudada


La enorme ciudad me retuerce, me estruja, me muestra.

Ella me invita a caminar, a llenarme de ruidos y olores nuevos.

La ciudad me empuja, me choca, me entretiene.

Llena de cemento me regala sus árboles de colores.

La gran ciudad me vende, me ofrece, me cobra.

Nada es gratis aquí, todo sale plata, todo se paga, todo se consigue.

La gran ciudad me da cultura, me da pochochos, me da comida enemiga de mi estómago.

Su gente me habla en miles de idiomas distintos, que se mezclan, se enredan.

Ellos no miran a los ojos, no escuchan a la ciudad, sólo escuchan la música que llevan puesta.

La gran ciudad húmeda me hace transpirar, me despeina y me hincha los pies.

Sin embargo, yo a esta enorme ciudad la vivo, me la como con los ojos, y ella a mi me sacude, me grita, y me despierta.

 

2 comentarios:

Chara dijo...

me gustó mucho mucho este texto, tanto que cualquier comentario es apenas sombra de significados

beso

Anónimo dijo...

Avisame cuando volvés!!

El sabado que viene es la noche de los museos, vamos??


Salutes