miércoles, 3 de septiembre de 2008

Des encuentros


A los 9 años ella se había enamorado por primera vez. Le había escrito a él un vergonzoso pero colorido manuscrito. A los 15 él se enteró que la dueña de aquellas palabras venía a su pueblo. La fue a buscar. Ella no lo recordaba, pero al verlo se acordó de porque ese niño (ahora casi hombre) le había gustado tanto. Durante dos días se tomaron de las manos y soñaron un futuro juntos, pero ambos sabían que la distancia existía. A los 28 años ella recibió unas palabras digitales, de alguien que la buscaba. Era él. Reconoció enseguida su nombre. Trató de acordarse del pasado. Se encontraron una vez más. Ya no era lo mismo. Eran personas adultas y muy diferentes entre sí, aunque había algo que no había muerto pero que ya no podía ser vivido. A los 67 años se cruzaron de casualidad (como aquella primera vez) pero esta vez en la calle Guatemala. Ella lo miró de lejos. El venía concentrado en una canilla que no dejaba perder en su casa. Pasaron uno al lado del otro, pero ninguno de ellos se reconoció. Era la cuarta y última vez que se cruzarían.  

3 comentarios:

Frank dijo...

Talvez el destino no quiso que esas dos personas pasen sus vidas juntos. Que triste. Escribís muy bien. Saludos

Chara dijo...

quizás el reencuentro no exista, uno nunca vuelve de donde se ha ido ni somos lo que éramos.

beso

Anónimo dijo...

No todo llega si lo esperas, a veces hay que ir a buscarlo