viernes, 19 de septiembre de 2008

Mirame, mirame, mirame...


El transporte púbico es cuna de grandes historias de amor. Mis amigos me cuentan historias donde las miradas son las protagonistas, donde el pequeño roce de dedos sobre el pasamanos se convierte en un contacto sublime por un segundo. 
Uno sube al colectivo, al subte o al tren con su propia historia. Se dirige hacia algún lugar, está apurado o no. Lee mientras viaja, o escucha canciones de otros tiempos. Pero es maravilloso compartir un cosmos con seres desconocidos, aunque sea por algunos minutos, hasta que nos toque bajarnos. Es más maravilloso aún cuando se crea en nuestra historia una grieta en ese mismo instante que que miramos a alguien por primera vez. Y es ahí cuando algo inesperado sucede dentro de nuestra rutina.  Algo que no buscábamos (o si). 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

con la obviedad habitual cito a Jean Paul Sartre, que, en "El ser y la nada" ha dicho: "somos mirados en un mundo mirado".

Juan

Unknown dijo...

http://es.youtube.com/watch?v=BOCKYL8CNxc

Salud

Anónimo dijo...

mmmm...tengo algunas historias en medios de transporte..

aun no encontre mi amor...cuando lo encuentre, me compro un auto.


que viva el compartir de los desconocidos.

besos maria..

Anónimo dijo...

Me recomendaron tu blogspot y muy a menudo entro. Son maravillosas las cosas que escribis.... me siento identificada con muchas de ellas. Felicitaciones y segui haciendo esto!